Jade May Hoey

1974-2004

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10.12.07

Ansiedad

Es admirable la facilidad que algunos tipos tienen para convertirse en una bola de ansiedad. Hablo de mí, claro. Siempre lo hago. Y lo bien que me sale. Pero esto no quiere ser una lisonja; al contrario: es un reproche. Pudiendo transformarme en cualquier cosa justo vengo a elegir este triste papel. Lo represento muy bien. Tal convencido estoy de mi rol, tan metido en el personaje, que no me privo de las pesadillas. Así nomás: ayer soñé con mi futuro ex jefe. Todo era igual a todos los días, sólo que él estaba experimentado una nueva solución a su derrota capilar. Un peluquín. Eso se había puesto. Yo quería reírme. Pero también quería dejar de hacerlo. Todo en el mismo acto. Todavía me resulta curioso que los miedos de la vigilia se cuelen con tanta holgura en mis sueños. Tenía miedo pánico de que él pensara que yo me lo tomo en solfa. Vamos: eso es lo mismo que hago todos los santos días, incluso cuando no me lo propongo, incluso cuando me mandan ser diplomático. Daba gracia. Un peluquín en una cabeza puntuda a fuerza de pasarse tanto tiempo a la intemperie.
Hoy pasó a saludar. Se despide. En realidad lo despidieron. Lo asignaron a un destino casi nobiliario. Un destino que me gustaría que a mí me tocase. Supongo que sería brillante jugando ese juego. Pero para él se trata de un castigo, una especie de viaje sin escalas a una jubilación. Yo tenía planeado felicitarlo por su gestión. Han sido cuatro años tortuosos. Creo que se merecía una felicitación. El no se hubiese ofuscado. No tiene con qué. Pienso que posiblemente ni se hubiera percatado de mi pretendido cinismo.
Es claro que no le dije nada. Sólo atiné a estrecharle la diestra, pero él me ganó de mano. Me abrazo. Me dio un beso. Dijo algunas palabras de compromiso. Agradeció el empujón que le dimos yo y todos los otros. Yo estaba duro. Como en el sueño. A mitad de camino de la sorna. Con un gusto amargo en la boca. O dulzón. Con el olor a maquillaje impregnado en todo lo que se me ponía delante.
Es que tengo la cabeza en otro lado. Hace unos meses que vivo en el futuro. De vez en cuando alguien toca mi hombro. Vuelvo. Siento ese olor, el temblor en mis manos, la maldita ansiedad de estar donde hace rato estoy.

Comments on "Ansiedad"

 

Anonymous Anónimo said ... (12/12/07 09:45) : 

no sé de quien sera esta frase, pero se te aplica por entero: " justo a mí me toca ser como soy!"
Besos !

maray

 

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