Jade May Hoey

1974-2004

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2.10.07

Play for today

Justo ahora que ya han echado lo mejor de sí, me he convertido en devoto seguidor de The Cure. Me gustaría tener una canción que fuese emblemática, idónea para figurar en la banda de sonido de mi vida y por mucho que le doy vueltas no sé con cuál quedarme.
Por suerte son muchas. Alguna vez, quizá ebrio, le dije a alguien que Cure tiene cincuenta grandes canciones, quizá no tantas, pero seguramente no es sencillo contarlas.
Ahora, por ejemplo, en el preciso instante en que escribo esta línea, termina de correr One Hundred Years. Podría decir que se está acabando la eternidad. O mi eternidad se está acabando, porque estos años me hice a la idea de que la eternidad tiene algo pegajoso que viene impregnado en esa canción. Pero ya empezó A forest, ¿el primer hit? No estoy en condiciones de afirmarlo, pero tengo viva la cara pendeja de Roberto, cuando todavía era flaco, y de esto hace muchos años.
Lovesong, Disintegration, Just like heaven, Primary, Charlotte sometimes, High, Push, Boys don´t cry, Cut, Caterpillar, A night like this, Pictures of you, Inbetween days, Lovecats, Letter to Elise.
Todavía me acuerdo del día en que, con mi amigo Horacio, casi sin saber de lo que se trataba, nos metimos en un a disquería a comprar un disco de La cura. Compremos el del viejo, me decía el gallego. El del viejo es, obviamente, The Singles. El tipo de la disquería, como prueba de la buena elección, puso a sonar los primeros acordes de Kiling an arab, y yo era tan tierno que todavía no sabía que ese título era un homenaje a la que, por mucho tiempo, consideré la mejor novela del siglo xx. Después vino Toole, pero eso ya es otro asunto. Y yo era tan tierno que todavía no estaba en condiciones de entender que era ése el último track que nos depararía el punk rock.
El punk ha muerto. Que viva The Cure.
Pero mucho antes de eso, tal vez en el año noventa, fue que escuché por primera vez un disco de The Cure, que en realidad no era un disco, sino un caset regrabado, y ni siquiera era un caset entero, sino apenas una cara, pero bastó para la revelación. Porque me gustó, aunque no entendía bien el por qué. Es posible que al fin ahora lo haya entendido, pero eso ya no importa.
Tiempos berretas, aquellos. La muchachada se castigaba con eso que en la radio llaman rock nacional. Y sí, está bien: Sumo, Charly, Serú, Pescado, pero para cuarenta años eso es más bien poco. Entonces, como no había otra cosa, se escuchaba Los redondos.
The Cure era diferente. Conservaba cierta mística. Los chabones iniciados en The Cure eran muy distintos a nosotros. Ya sé: vestirse de negro, pararse los pelos, todo eso es trivial, pero cuando uno es un jovencito, echa de menos la identidad que no ha tenido tiempo de fabricarse.
Santi tenía todos los discos. Quiero decir: había alguien al que todos conocían como Santi, que decía tener todos los discos. Imposible imaginarse algo así. Hay demasiados discos sueltos. Y lados B. Y grabaciones encontradas. Y bootlegs. Pero la polución es un fenómeno de estos años: antes, creo, y hablo de un pueblo olvidado de la mano de dios y de la de los hombres, tener tres o cuatro buenos discos hubiese sido suficiente para ganarse reputación por el estilo.
Pero a mí, casi en secreto, me gusta Play for today, que toma para sí la peculiaridad de ser la única canción que los fans cantan en los shows. Qué digo cantan, sólo tararean, y no encima de la voz de Roberto, sino de un organito ultrapop. Es vergonzoso. Gente grande diciendo a los gritos oh ooooh ooooh. Ojo, yo también lo hago. A mí también me gusta saberme estúpidamente pop.
Allá los veo venir. De la loma vienen. De todos los sitios vienen, pero yo siempre pensaré que vienen de la loma. Todas las veces el mismo estribillo que no alcanzo a entender. Vienen los gritos oh ooooh ooooh. Son ellos y la marcha; ellos, la estampita; ellos, el bombo.
Pienso que la única razón para vivir es la enfermedad. La médula escupiendo glóbulos blancos que se baten a duelo en cada esquina con los gritos oh ooooh ooooh. Y cada vez son más. Viene bien el Nano que canta: si cuando se abre una flor/ al olor de la flor/ se le olvida la flor.
Mañana me toca a mí.
Yo tarareo mi canción.
Los ingleses abusan de la palabra play y nadie que los reprenda.

Comments on "Play for today"

 

Anonymous Anónimo said ... (2/10/07 23:19) : 

Mayer, estoy con usted en su sentimiento por Cure. Esa clase de bandas que cuanto más le pone uno la oreja, más encuentra, aun cuando hay cosa a la primera oída, ese como "de prepo" que tiene el pop. Yo creo que existe un modo muy Smith de escribir canciones, como una manera muy Cure de formar una banda. Por lo demás recuerdo mi aprendizaje en las lides de dee-jay (disc-jockey, entonces), a los catorce años, mezclando y mezclando, oreja a oreja en auriculares y aire, una y otra vez hasta que me saliera como es debido, enormidades como "The Blood" con porquerías como no me acuerdo qué canción de Wax.
Kiss me, Pornography y Disintegration, pero también placas más recientes como Bloodflowers, están entre lo que más me gusta oír cuando quiero oír una banda de esa época (de mi época, quiero decir) sin que la cosa se vuelva mera nostalgia.
Densa lírica la de Roberto; canciones como su cara flaca, gorda.

 

Anonymous Anónimo said ... (8/10/07 15:58) : 

...

Ylek, no esperaba encontrarla na Patagonia, tudo bom com você?!

Aquí tudo bem. Só que estó com fome...

Mas fome das arepas da minha tía Zoraida , lá no Maracaibo...



Firmado: "Un maracucho en tierras brasileras".

Saudades de você Ylek... Carpe Diem!

...

 

Blogger kurubeta said ... (19/10/07 01:43) : 

Me gusta màs Sumo que The Cure!!
sorry...Claro, la excepciòn es el supersexy videoclip de "Charlotte sometimes"

 

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