Jade May Hoey

1974-2004

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25.9.07

la posibilidad de marte

anoche no pude, lo confieso. no es la primera vez que me pasa. o sí, qué sé yo, no llevo esa estadística. ese otro, el que sí las llevaba, a esa y a todas las demás, era un personaje del viejo filloy, aunque a veces se me hace cuento que eso fuera simplemente un cuento. bah, hace nada, un mes o dos, uno de mis mejores amigos me contó que era inminente su viaje número cien. me caí de culo, o poco menos. claro, el tipo lleva la cuenta y lo que alguna vez fue un cuaderno espiralado ahora se hizo una planilla de cálculo. lugares, fechas. a lo que, si tenemos la prudencia de agregarle las distancias, nos da un perfil del viajero tal que, en el caso de mi amigo, todo parece indicar que antes de la mitad de este siglo andará allá por marte, si es que las tarifas siguen sujetadas. ustedes se deben pensar que miento, pero no, a lo sumo exagero. la vida es tan prosaica en realidad, que lo mejor que uno podría hacer por ella es matarse. qué tanto alegato. sigo. el tipo, planilla de cálculo mediante, me demostró con un gráfico la posibilidad de marte. de otro modo, yo que soy hombre duro de entendederas, no me hubiese hecho a la idea. cosa de locos. antes, cuando era chico, supe ser brillante en física, en matemática, no así en química, aunque tuve la precaución de aprenderme la nomenclatura numeral de stock, la única sencilla, claro. en esos años, mi capacidad silogistíca dejaba de una pieza a mis profesores. recuerdo a una en particular, que siempre me pareció escapada de un libro de hadas. ella era la bruja, por cierto. no es que fuera fea, incluso pudo ser linda. no sé, a eso debería verificarlo ahora, con el canon que me ha dado la experiencia, pero en ese tiempo, a mis ojos, a los ojos de todos mis compañeros, cargaba con la pesada mochila de ser protagonista de todas las pesadillas, ella y su larga falda con lamparones de aceite. después, ahora quiero decir, no cacé nunca más un fulbo, pero ni uno, eh. bastará al efecto de esto opúsculo mencionar que, hace no tanto, un amigo nerd, facho, friki, otro amigo del alma, pretendiese explicarme la electricidad, que al parecer puede explicarse y en términos sencillos. pensá en un río, me decía, la resistencia bla bla bla y yo estuve a punto de decirle como el cana de los simpson: más despacio, cerebrito. no entiendo nada y entender, como bien saben ustedes, cambia la vida. entendemos para cambiar la vida. no sé que nos darán a cambio, pero ya no me importa. qué podría ser. otra vida. sí, en el mejor de los casos. pero si hay mejor eso significa que puede no haberlo. de otro modo: qué quiso decir capitanich en el diario del domingo cuando catalogó al peronismo como el partido que encarna el ser de heráclito. nosotros somos el agua, dijo. y lo mejor de todo es que el periodista, que la va de versado en toda ciencia y tecnología, existente y por venir, no repreguntó. no debe haber leído al oscuro. bah, no conozco a nadie que lo haya hecho, pero nadie se baña dos veces en el mismo río, de eso podemos estar ciertos y casi de ninguna otra cosa. me pregunto cuándo volveré a escribir. lo necesito. saberlo, digo. no así al hecho de escribir. en rigor de verdad, no hago otra cosa. no podría. pero ya no para cambiar la vida, aunque quisiera otra, una más soleada. tomar cerveza en el patio y que no me cayera mal. leer hasta perder el sentido y jamás recobrarlo. salir a pelear contra molinos río de la plata y morir en el intento. y resucitar y contarle al mundo cómo es volver de la muerte. y volver muerto, no vivo, que eso ya no sería noticia. todo está lleno de gente que vive. mal pero vive. y escribir esa novela que avanza a razón de un párrafo por día, esa que por el momento tiene un comienzo nada prometedor. toto, como si fuera un tío medio pelotudo. presiento que no me ganaría el rómulo gallegos con una cosa así ni me antologarían, pero esto último sí que es mejor a perder todos los premios. qué haría yo entre esa gente. la alegría es sólo brasilera y yo, cuando pude hacerlo, deseché la oportunidad de estudiar portugués. y gratis. nada les cobré por desistir de la magna empresa. total, a mí nunca me atrajeron los brasileros. apenas lobo antunes, que no es cielo ni es azul, al que puedo leer en las traducciones que hace merino y no están del todo mal. si a mí me gustan los cubanos. si a mí me gustan los irish, comenzando por jack daniels.

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