Jade May Hoey

1974-2004

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8.8.07

Los recaudos del caso

Bastó que a un general argentino se le ocurriera la idea de mear en el Pacífico para que los nuestros se agiten como locos. Maldita esa hora y maldita la hora en que los padres de un fulano pensaron que estudiar en un liceo era lo mejor que podía pasarle. Sí, pulcritud al palo, perfectos nudo de corbata y afeitada, raya del pantalón idónea para cortar un pedazo de pan. Y el título. Además de ser bachiller o perito el pibe es subteniente de reserva. Suena bien. Suena bien hasta que el ejército echa mano a la reserva y hay una entrevista, bah, llamémosle así. El pibe, que ya no lo es tanto y, a mayor abundamiento, se ha vuelto contador y radioaficionado, lo que no lo exime de cargar un julepe digno del pibe que fue el día en que lo llamó el director de la escuela y no sabe para qué y tiene miedo a cuenta. Los paraqués suelen ser horribles. Y el director, en un gesto mínimo de extender la mano y articular palabra, le dice tome asiento. Tal es el julepe que el ex pibe no se da cuenta de que hay una silla y se sienta en el piso. Al cabo de la entrevista sabe que está en problemas, que le toca ser operador de radio en un puesto limítrofe. Está desahuciado. Es la guerra que se viene. Todos morirán. Pero le queda una pizca de valentía. Amor propio también le llaman. Entonces piensa que lo mejor es presentarse en el puesto antes de que lo vengan a buscar por las malas. Va a necesitar un arma, una pistola, una escopeta. Sería ideal conseguir un tanque pero no hay tiempo para lujos. Se apersona en el juzgado, qué mejor lugar para pedir una pistola. Lo atiende el juez, viejo lobo de mar, amigo de su padre y muy amigo de sus amigos. El lobo, pese a lo que claramente prescribe la ley, conserva en un armario todo tipo de evidencias: tres o cuatro pelos de concha rubia, las uñas arrancadas al violador, el estuche de los lentes de Mengano de tal, eventual prócer el día en que paremos las rotativas y nos sentemos a escribir la historia. Abre ese armario, toma una pistola y se la ofrece al ex pibe. Tomá, esto puedo darte, una pistola, creo que anda. Es de un tipo que se suicidó.

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