Jade May Hoey

1974-2004

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5.7.07

Parroquiales

Uno nunca deja de sorprenderse con Gmail. Un punto es la publicidad contextual. Si yo fuera lo bastante paranoico, dejaría de usar Gmail. De inmediato.
Cierto día, concertaba una cita con una equis señorita en un zeta lugar, y a vuelta de correo, amén del sí de la doncella, me encontraba con que en la columna derecha se me ofrecía una variada gama de servicios vinculados a una luna de miel, lo que, en algún punto, era lógico, sólo que, transitados miles de kilobytes en común, amigos sino hasta el tuétano, al menos hasta darle otro sentido al mero palabrerío hueco que uno estila en el correo, nuestros mensajes no estaban escritos en el castellano de Toledo. Además, dicho sea de paso, mi parte estaba escrita en perfecto lunfardo de comienzos del siglo 21. ¿Cómo hizo la máquina para adivinarme, para adivinarnos? Bueno, no lo sé, pero mete miedo.
De todos modos, Gmail es sencillamente genial. Cuando se aprende a utilizar las etiquetas, uno se da cuenta que el archivo por carpetas, lo usual en otros sitios de webmail, es absolutamente arcaico. Aquí, una buena regla de mensaje, es capaz de hacer todo el trabajo por nosotros mismos y archivar el mismo mensaje en múltiples niveles. No es mi caso, pero si a diario tuviera en mi bandeja cientos de emails, todo me sería tan simple como navegar por las etiquetas conforme fuese mi prioridad de ese día.
Lo incordioso, al menos hasta hoy, era la publicidad superior, es decir esa que se camufla bajo el nombre de "clips de la web". A priori, uno se imagina que se trata de videos, de sugerencias, pero no, es mero spam. Son cinco o seis sitios comerciales, a los que gmail refiere de manera automática. Así, un sitio llamado nosotras.com nos ofrece a diario consejos para hacer una buena fellatio o conocer todos los secretos de la sangría. Lo que yo no sabía -y ahora sé- es que también eso puede ser configurado a la medida del usuario. Sólo por ilustrarlos les cuento mi caso: en primer lugar, me saqué de encima todos esos sitios; en segundo término, sindiqué la búsqueda de noticias sobre Daniela Blume; y, por último, algunos blogs amigos.
Ya que no lo hice en su momento, bien vale la ocasión para cantarle loas a la reaparición en el mondo blog de nuestro querido y admirado Luis Bardamu, esta vez al comando de un blog llamado Mínimas. No tengo palabras para nombrar la belleza de encontrar en mi casilla de correo perlitas como: "¿Cómo esperar en este oxidado vientre, en qué se graba tu nombre?" o "Sobramos, analfabetos, críticos de la perita, mascarones de la literatura. Sobramos, imprudentes, y ni nos damos cuenta". Gmail ha logrado que la botella al mar que Bardamu tira allende las aguas podridas del Doke se convierta en el crudo mensaje del amigo que está tocando la puerta, justo cuando yo estaba cansado del vendedor de Atalayas.

Comments on "Parroquiales"

 

Anonymous Anónimo said ... (8/7/07 13:54) : 

Gracias por tus lecturas, fander. Lo de Gmail sorprende, aunque hasta ahora yo me las he arreglado bastante bien con el Bloglines.
Un abrazo.

 

Blogger Unknown said ... (9/7/07 22:11) : 

Oia, dónde está el famoso Mayer existencialista? Te das cuenta si el siglo XX era cambalache, ahora este XXI se nos presenta como una orgía posmoderna, después de no leer por más de un año este blog, me encuentro a un Mayer apuntando las bondades tecnológicas de gmail; en otro rato vengo.

 

Blogger Unknown said ... (9/7/07 22:13) : 

twitthis??? caracoles!

 

Blogger Unknown said ... (9/7/07 22:21) : 

Menos mal que por lo menos pasaste el link del excelente blog de Bardamu, porque sino...

 

Blogger kurubeta said ... (11/7/07 12:41) : 

si Bardamù...ese existencialista sin reconciliación final!!

 

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