Jade May Hoey

1974-2004

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25.6.07

El país de Aliverti/2

No soy elector porteño, qué va, y no creo que, de haberlo sido, hubiese integrado las filas del voto blanco, impugnado, anulado o llanamente de los ausentes. O sea que, ante la segunda vuelta, tenía dos alternativas. Ganar o perder. Siempre tiene su encanto perder, no lo niego. Las masas en mi país se equivocan con una coherencia que, a hechos vista, mete miedo, pero qué más da. La democracia es ese ratito en que uno hace la fila delante de la urna, recibe el sobre, se mete en el cuarto oscuro, elige una boleta, la mete en el sobre, y a éste en la urna. Ahí se acaba todo. Minga representatividad. Sí, gobernamos sólo a través de nuestros representantes, sí, claro, igual que las cárceles tienen que estar limpias y servir para reintegrar a los reeclusos a la sociedad. Igual que el 14 bis de punta a punta. Si ni siquiera los actos privados de las personas quedan librados a dios y a su conciencia. O hacé la prueba de hacerte agarrar por la cana con un porro encima. Y no hablemos de cosas gruesas. De división de poderes, de federalismo. No, mejor hagamos la vista gorda. Pero votar, incluso con todo eso a cuestas, sigue siendo un acto sagrado. Sí, no hay alternativas. Las que hay no son válidas. Los partidos son todos una reverenda cagada de perro sarnoso, pero sigue siendo mejor que nada. Entonces, cómo puede uno en su sano juicio tratar al electorado de estúpido. Por más que lo sea, ¿eh?, sí, somos estúpidos. Votamos a Alfonsín, a Menem, a De la Rúa, a... Sí, y ¿qué? ¿no fuimos soberanos dentro del cuarto -a dios gracias- iluminado? Les digo la verdad: estoy harto de los que se dicen progresistas. Estoy harto de actitudes como las de Filmus que no es culo ni de llamar por el nombre a su adversario y en el mismo discurso, no en otro, trata de gente que no piensa a los que les negaron el voto. Ese tipo, y por ese solo hecho, merece ser tratado como una rata. Estoy harto de los derrotados que no hacen autocrítica y, en el mejor de los casos, admiten que el publicista de la contra fue mucho mejor, pero me lo banco: es la era de la política shopping. Estoy harto del presidente que dice que no está y está y dice que está y no está, pero la mentira tiene patas cortas y a los caraduras también les crece la nariz. Estoy harto de los que dicen que el resultado electoral tiene que ver "con el asunto del gas", como si el asunto del gas fuera una pavada. Estoy harto de los idiotas que no se dan cuenta que su voto, idiotas y todo, vale uno, igual que el de los otros, sabios, idiotas, reclusos sin sentencia firme, piqueteros, funcionarios, alcurnia, y que, una vez contados, no importa quién votó a quién, porque -gracias a dios- el voto todavía es secreto. Entonces, si es que gana un hijo de puta, que, dadas las conocidas circunstancias, bien puede ganar, la culpa es de todos. Estoy harto de los Aliverti.

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