Jade May Hoey

1974-2004

Powered by Blogger


Locations of visitors to this page

15.2.07

Vacío/3

A veces tengo una sensación extraña. Ha de ser culpa de la pampa pelada. A veces, a fuerza de hacerme contar cosas por otros que han tenido más suerte que yo en eso de viajar y conocer mundo, veo de nuevo la foto de la pampa pelada. La mía, la nuestra. Esta que empieza allá lejos y nunca alcanza a terminar del todo. Y la sensación, o en todo caso lo que mi supertición designa como tal y bien podría llamarse de otro modo, es que tanta nada que se apiña no está puesta aquí, con nosotros, por pura casualidad. En algún punto, yo creo que algún mérito tiene que haber en la nada. Premio, castigo, el nombre se lo dejo a otro. Quizá no haya vinculación entre el vacío interior y esa nada, la de afuera. Pero a mí se me ocurre que en ella hay algo de mensaje, algo que tomar, procesar, reproducir. Hacer algo. Hacerlo antes de volver a la nada. A fuerza de tanta nada allí, habrá que pensar que los algos hay que buscarlos aquí, y el aquí ha de concebirse tan amplio como nos dé el elástico. No hay precio pero, si lo hubiera, pensemos por un momento que hay un precio en eso de darle bola al adentro en desmedro del afuera, quién dice que no merezca la pena pagar eso que piden. Tomemos ese riesgo. Creo que no va a darnos el cuero para tanto, pero tanto hemos perdido antes, qué más da quedar debiendo, que en todo caso ha de ser mejor a morir sin probarlo. Mirémonos. ¿No nos pica demasiado el bicho de rebelarnos contra lo primero que se nos aparezca? ¿Por qué siempre así, siempre trampeando y jactándonos de la trampa? No importa quién caiga, ni cuántos, ni a qué horas. Siempre así, la risita socarrona del que se ríe al margen de los hechos, como si festejara en ese quebranto del orden una suerte de justicia propia, venganza que le dicen. Es rico su sabor. Quiero decir: es dulce, invita a ser probado, pero tiene algo de imbécil tomarlo como el mejor de los sabores. Alguna vez deberíamos ser capaces de detenernos en perfecta desnudez frente al espejo. Sin escudos, con esas pocas grandes armas que hemos tenido desde siempre, acaso podamos atisbar que todos y cada uno poseemos un cierto poder de fuego, un touch de malicia, de poder para el daño, y una piel tan delgada que apenas si no es permeable ante una cosa tan simple como el agua. ¿Vale la pena festejar el daño por qué sí? ¿Si no es para mí es mejor que no sea para nadie?

Comments on "Vacío/3"

 

post a comment