Jade May Hoey

1974-2004

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24.8.06

Sólo cuando Susana arrancó la hoja del almanaque de la mesa de entradas -esto pasa a las nueve, porque a los efectos procesales antes de las nueve todavía es ayer- supe que hoy era 26 de agosto. Antes que crujieran, hice de las tripas corazón y me apersoné en el kiosco. Lo atiende el Bocha y eso ya es decir. Ha sido, al menos eso le gusta perorar, tipo de gran cultura y a esta altura del mes no tiene muchos clientes que digamos. No fía, ese es el problema. Ese es mi problema. Es decir, no siempre ha sido mi problema. Un momento antes nada más, antes de saber qué día era hoy, mi único problema era atender una queja de mi cuerpo que amenazaba, más temprano que tarde, denunciarme ruidosamente. Pero así dicho, retaceo una parte de la verdad: el problema está en mi casa, más exactamente en la heladera, pero se supone que escribo para olvidar. Adelante pues.
-Vio que día es hoy
-Sí, martes. No pasa más la semana.
-Ah, los días y su maldita rutina de pasar de uno en uno.
-Yo que usted no lo diría tan alegremente.
-Sin duda, usted en mi lugar sería cualquier cosa menos un tipo alegre.
-Usaría menos palabras.
-Pero a cambio de qué.
-No me toree.
-Qué se le ofrece.
-Qué día es hoy.
-26 de agosto. Se cumplen 37 años del fallecimiento de un gran hombre: el Tata Lorenzo.
-Quién.
-Juan Bautista Lorenzo, el autor de una inmensa obra poética que el mundo se empeña en ignorar.
-No va a creerme pero me está devolviendo un sentido de pertenencia.
-Ya nadie se acuerda del Tata Lorenzo.

Comments on ""

 

Blogger Silvia Sue said ... (24/8/06 17:27) : 

Me había olvidado de que escribía para olvidar.

 

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