Y por fin una noche de pizza y recuento del botín que esta mano el parque Rivadavia ha soltado para estos sures. Elegimos oír a Frankie. Y yo, que no he sido jamás docto en su obra, me maravillo con una canción y tengo ganas de cortarle los dedos al sujeto que ha castellanizado los nombres. Hablo, claro, de Comienza el beguin. |
Comments on ""