bancos, lo que se dice bancos, los hay hipotecarios y comerciales, de crédito y de inversión, almidón en el puño de las camisas, minifaldas por doquier, maletines, filas detrás de la vidriera, puertas que giran y otras que no tanto bancos de datos vaya a saber de quién, vaya a saber para qué y de carpintero, como el de Luis que espera en El Bolsón, allá lejos a que me transfigure en contador y de semen para dar mordisco sin manzana y de plaza duros de madera blanca, testigos del amor cuando amanece, del mástil que flamea en la bandera, de apuestas sin pasión contra la vida que se deshilacha pero no hay bancos de tiempo para tomarlo prestado a tasa de usurero cuando las horas se ahorcan las unas a las otras y los hay, espesos, de niebla, mis favoritos porque son el presagio de que alguna vez, y no falta tanto, el cielo bajará a lavarle la cara a los días el sol brillará después pero tendrá gusto a poco a casi nada |
Comments on ""
"pero no hay bancos de tiempo
para tomarlo prestado a tasa de usurero"
estoy iunvestigando a unas señoras artistas del travestismo que se inyectan hormonas. ellas dicen que ese es su banco del tiempo, allí firman y se someten a la tasa de interés más alta: el descalabro del cuerpo.
gracias por el gancho.
Mi primera lectura del día.
Gracias.
Me alegro de que te haya sido útil, Manuel.
Un beso de bienvenida, Carol.