Si pedir no cuesta nada...
Otra de las injusticias que se suscitaron en torno a la farsa que se montó en la legislatura porteña para cremar los restos de quien en su vida política fue conocido como Aníbal Ibarra, el que puso preso a Massera, se llama Helio Rebot. Hombre fornido y de bigote bien cortado, se consagró como solista cuando le tocó ser primera voz en el coro trasnochado de la acusación o en el coro no menos trasnochado de la defensa. La injusticia es que un nombre de tan significativa potencia se corresponda a un gordito trepador, que lo único que quiere es asegurarse un mejor puesto en el próximo recambio institucional, sea de la mano de éste o de aquél, total el electorado porteño padece una amnesia que vuelve impunes estas movidas de ajedrez en las que los alfiles negros se transforman en caballos blancos. Helio Rebot: Ojalá tu grato nombre retorne en breve al origen: el sol rebotando en el vidrio de una ventana, en la carpeta de un esforzado estudiante de historia, en la melena rubia de una almita de nadie que camina por Lavalle. |
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