Jade May Hoey

1974-2004

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28.3.06

Or

Ay de las siberias escogidas. Me dicen Es esto o lo otro y a lo otro lo odio de antemano, prejuicios, yo qué sé, hay cosas a las que nunca terminaría de acostumbrarme como la pantallita azul, los catorce enters uno detrás de otro como martillazos y en el medio, pero muy cada tanto f1 para echar un vistazo a las cuentas, que son otras, mucho más rudimentarias, así que me vengo de este lado que es una siberia que ya sé de sobra porque por aquí he visto pasar más de un invierno. Siempre se van. Siempre es lo mismo. Racataca pum pum. Lo que importa es no pensar porque cuando uno se pone a pensar se distrae. Es como viajar. Uno se va al sitio que mejor le plazca pero la vuelta cuesta muchísimo. El cuerpo está aquí con sus errores, pero la cabeza ha quedado del otro lado, evocando colores, texturas, figuras mucho más gratas que este hueco, que bien podría ser un aleph de 17 pulgadas, pero no es. Acá es una siberia, que no está del todo mal como siberia en sí porque dar martillazos cansa mucho menos que pensar. Martillar al menos ocasiona un gravamen físico. Uno vuelve a su tienda, come y se echa a dormir y cuando se despierta ya han cicatrizado las huellas de la fatiga y es el propio cuerpo el que demanda por un poco más de acción. En cambio pensando la cosa es diferente. No es lo mismo despeinarse a sudar, lo digo porque a mí me pasa despeinarme cuando pienso. Me gusta pensar que el cerebro brubujea pero habrá quien diga que sólo se trata de células que procesan información, desaprensivos conductores que marchan por autopistas a ultravelocidad que en los puestos de peaje le encajan un chuponazo al guarda y a éste le brota una fiebre interna que se embotella en el cuello y por la fuerza ascedente que genera lo pone al borde mismo del estallido de su cabeza. Y con la explosión se encienden lamparitas en color amarillo y hay sonido de brindis en vasos de metal y de colisiones frontales de camionetas de doble tracción. Claro que no es igual. Por eso cuando viene el zapallín a patotearme me dan ganas de decirle, che, zapato, para ser valiente te faltan quince centímetros de estatura y no trates de poner grave la voz que se te va a cruzar un gallo en el medio y en vez de demostrar autoridad vas a hacer un ridículo peor que éste. Dirá Te necesito en esto yo en realidad me muero de ganas de meterme en esto pero hoy vine programado para no pensar, entonces lo miro con desdén, después le recuerdo una charla que tuvimos el jueves o el viernes pasado y él por supuesto que no recuerda nada, que para eso es el jefe y yo hago el gesto de que me cuesta mucho repetir lo que ya dije y si me cuesta es porque las autopistas han sido tomadas por las fuerzas del mal. Hay disturbios allí dentro. Me piden que le recuerde que él me mandó a siberia y ahora que tiene un problema y no puede pensar me llama a mí con gesto de Sos muy importante para esta oficina. Contengo el impulso de pararme, demoro las respuestas. Hay quien allí dentro reclama que le aplique un correctivo enérgico. Y no quiero, no quiero, no quiero.

Comments on "Or"

 

Anonymous Anónimo said ... (28/3/06 12:37) : 

La onda está en callarse y que no te importe. Te lo digo yo, que estoy casi alcanzando el nirvana.

 

Anonymous Anónimo said ... (29/3/06 07:32) : 

Piloto automático, algo de eso conozco.

 

Anonymous Anónimo said ... (29/3/06 10:31) : 

Ya pasó. Ahora que necesito pensar, no puedo.

 

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