Jade May Hoey

1974-2004

Powered by Blogger


Locations of visitors to this page

13.3.06

écrasons l'infâme

El domingo que ha pasado nuestro contratapista de cabecera nos ha dejado no una perla sino un collar entero. Cito la instancia culminante de su intervención:
“Si, después de tantos años, el silencio público se ha roto, y pareciera que la verdad va alguna vez a salir a la luz y la Justicia a ejercerse, es en buena medida por el testimonio y la lucha de los sobrevivientes y de los familiares de las víctimas. Lo mismo ocurrió con las Madres y las Abuelas en la Argentina. Son muy pocos los que pueden caer en la resignación y en las trampas del poder cuando los que mueren por su maldad o su desidia llevan la misma sangre (sic). Por ese mismo principio, que excede largamente la política pero convoca al respeto y confiere autoridad moral, fue destituido Aníbal Ibarra, jefe de gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.”
Si cotejamos este retazo con el mensaje que pretendió dar Ibarra fotografiándose con Estela de Carlotto, líder de Abuelas de Plaza de Mayo, en esa marcha en la que desnudó su último manotazo de ahogado, comprobamos que un mismo estandarte puede ser usado con finalidades por entero antagónicas, lo que ilustra la transversalidad de la estupidez.
Traer a cuento una tragedia mexicana (de eso versaron tres cuartas partes del artículo) como si en nuestra historia reciente y no tanto no estuviésemos signados por la proliferación de las barbaridades que ha hecho el poder para quitarse de encima a los elementos que le resultasen molestos es, por lo menos, un acto de miopía, cuando no de llana cobardía.
¿Cuánta es la autoridad moral de esa facción de familiares de las víctimas que llevó las amenazas a los legisladores al foco mismo de las cámaras de la prensa? ¿o cuál era el velado significado de ese dedo trazando una línea por el cuello? ¿qué tanto cambió para que el juicio dejara de parecerles un circo sólo un par de días después de tamaña marejada de sospechas?
A los legisladores les cupo lo de siempre: delimitar el interés público, y esta vez creyeron pertinente, al menos desde la apariencia, darle luz verde al reclamo del capitán de un barco que más temprano que tarde acabará por hundirse. Echemos al mar aquello que no sea imprescindible y Aníbal revista en esa categoría. Carece de un sustento político que lo haga un bicho atractivo a la hora de aglutinar voluntades para el proyecto hegemónico.
Otro sería el cantar si, en la ciudad de Buenos Aires como en otras jurisdicciones del país, un triunfo electoral garantizase una robusta mayoría legislativa. Sólo por citar casos patagónicos vale señalar que en Santa Cruz la oposición ostenta 4 de las 30 bancas del parlamento, que en Chubut el que gana se lleva 16 de 27, y que en Río Negro, a pesar de lo estrecho del triunfo radical, el gobernador también cuenta con una cómoda mayoría.
Con armados políticos de ese calibre, no resulta complejo comprender por qué las malas gestiones no pagan costos políticos a pesar de que haya un clamor popular en sentido contrario.
Lo demás es parte del mismo simplismo maniqueo que condena a los ganaderos por la escasez de vacas como si todavía no nos hubiésemos despertado del sueño de la riqueza perpetua.
O a Cecilia Pando por el delito de opinar. Ya sé que dice sólo estupideces, pero si verdaderamente comete apología del delito por qué no la llevan a tribunales y se dejan de joder. O acaso su esposo está imputado en alguna causa referida a los abusos de la dictadura militar. Creo que si así fuera, ningún diario oficialista le escatimaría su portada. ¿Y entonces por qué su pase a retiro? ¿no marca el paso en los desfiles? ¿no tiene los borceguíes bien lustrados?
O al idiota que le secuestraron el vehículo por deberle 15 mil pesos al fisco. Esa puesta en escena, además de aplicar una medida de dudosa constitucionalidad, pretende mostrar que el estado en verdad persigue a los evasores. Por supuesto que nadie dirá que sólo el mandamás de la administración federal impositiva tiene acceso a los legajos de los 500 principales contribuyentes al tesoro público y que difícilmente se dé la ocasión de que les incauten bien alguno, como no sea una contribución simbólica para que el robo no sea tan descarado.
Y así. Donde uno ponga la vista hay una estafa a ese elemento que por su intangibilidad se presta tanto al manoseo como es el interés público y constituye un verdadero insulto a la inteligencia de una persona con mediana instrucción que con palabras que se florean las unas a las otras y citas vacías de todo tino quieran convencernos de lo contrario.

Comments on "écrasons l'infâme"

 

post a comment