Estaba decidido a matarla y de hecho si le propuse el juego fue sencillamente por darle al asunto un final apropiado, no era cuestión de que saltase a la vista que soy de los que se aburren y pum, no, mejor poner en el medio como excusa un juego, un mirarse a través del espejo, mirarse fijamente, y al que pestañea, pum. ¿Habrá carnaval en Napoles? Mejor que los haya porque yo la conocí en uno de ellos, aunque la memoria tiene sus triquiñuelas y tal vez me esté confundiendo con las fiestas de año nuevo. Corría el año 2040, más o menos, la alianza gobernante había cambiado las reglas del mercado; con la legalización de los estupefacientes y la escasez de alcohol, una ola de suicidios había mermado sensiblemente la población masculina, pero algo de malo ella tendría y no sé qué, algo que me deparó el desprecio de mis amigos, no estos sino aquellos, todos tan almidonados. El hombre de la toga preguntaba y preguntaba pero nunca levantaba la vista. Menos mal: se hubiese percatado de que yo decía la verdad. |
Comments on "Ethos"
Quiero, por favor, la continuación de esta historia, con muchas entregas. Me has evocado la película 2046.
Besos salvajes.
Como siga durmiendo mal, tendré mucho material por el estilo.
Trabajamos para usted, besadora.