Jade May Hoey

1974-2004

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18.1.06

De amor y hambre

Ojalá el argumento de un poeta bastase para extirpar del alcance de nuestra vista aquello que con su fealdad nos daña.
Al respecto, dos cosas. O tal vez tres o cuatro.
En mis dorados años de pujanza financiera, no había cosa que me gustase más que comprar libros, aunque no pensara leerlos, y gastar una fortuna en ropa.
Cuesta abajo en la rodada, vi ajarse mi ropa hasta convertirme en esto que soy: un dandy caído en desgracia.
Piro argumenta -certeramente- en contra de las camisas de manga corta y lo mejor de todo es darme cuenta, a partir de su agudeza, que siempre estuvieron desterradas de mi guardarropa. Una de mis manías es el arremangado “un cuarto”, otro detalle en el que nunca me había fijado, aunque una compañera de trabajo me corrige: esto se parece más a un quinto, dice, y también tiene razón. Lo mío es patológico: alcanza el puño y una vuelta más, como si quisiera ostentar ante el mundo el modo en que refulge mi rolex.
De lo que se desprende la tiranía de los cuartos en perjuicio de los tercios y de los quintos. De otro modo, a qué imputar la inveterada costumbre de pedir una cerveza de tres cuartos si su contenido es de 650 centímetros cúbicos. Es sencillo: estamos ante la mitad de un litro, más casi la mitad de la mitad, ergo casi tres cuartos.
Por fin, debajo del caprichoso ecuador que dibuja el autor cuando se aburre de un texto, viene el mangazo: quiero De amor y hambre de Julian Maclaren-Ross, libro también recomendado por Will, ideal para dandys venidos a menos. Entonces mis queridas lectoras, amigas, favorecedoras, quedan ustedes invitadas a cumplir con mi deseo. Les aseguro que nadie lo merece tanto como yo.

Comments on "De amor y hambre"

 

Blogger Reina said ... (18/1/06 19:11) : 

mande la dirección ( al mail, no vaya a ser que le tiren la puerta abajo) y lo mandamos, acá un libro no se le niega a nadie.

 

Anonymous Anónimo said ... (18/1/06 23:08) : 

¡Qué amorosa, Daniela!

 

Anonymous Anónimo said ... (19/1/06 16:04) : 

Jaja, nunca te habría imaginado como un dandy.
Yo tampoco soporto las camisas de manga corta. Ahora, mi agudeza no llega tan lejos como la de tu compañera de trabajo.

Besexcesos orgiásticos.

 

Anonymous Anónimo said ... (19/1/06 21:08) : 

Yo tampoco me imaginaba así, pero es una puesta en escena para que me regalen el libro. Por las dudas, tú no se lo digas a nadie.

 

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