Jade May Hoey

1974-2004

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9.12.05

La rebeldía de algunos libros

A setenta y dos horas del episodio puedo declarar oficialmente que acabo de ingresar en la zona de turbulencias o, en honor a la precisión que nunca me ha catacterizado, soy bocado del pánico sin más. Hace unos pocos minutos miré el índice del libro que vengo leyendo desde hace unos días (o años, yo qué sé) y fue un tanto trágico comprobar que las técnicas de presupuestación, esas que yo domino como dominaba cada dedo de mi mano derecha antes de perderla a manos del agua hirviendo y la posterior acción del agua oxigenada, se me han vuelto esquivas. En síntesis, no sé dónde estoy parado.

Ayer vino un amigo a interrumpirme. Ni que me los mandara Magoya, junaygransiete. Departimos del diverso temario que nos une y nos separa. Se confesaba arrepentido por haber regalado un libro sin haber tenido la precaución de leerlo. El libro se consigue en casi todas partes. Se llama Los tangos de Sabina, pero no puedo recordar el nombre de su autor. Prometo, cuando me desocupe, rastrearlo (no comprarlo porque ya conocen el estado de mis finanzas) para tomar unas notas alusivas.
No sé si es una conjetura de mi amigo, pero el tipo tiene toda la pinta de montonero, lo que se ve ratificado en un cúmulo de metáforas, a cuál más violenta: toda letra de tango es un golpe bajo, una patada, una puñalada. Algunas, ciertamente, ni siquiera pueden aspirar al grado metáforico. Por ejemplo, en referencia a Tania, la mujer de Discepolín, la catapulta al paredón de fusilamiento por el hecho de haber tirado a la basura los manuscritos del poeta.
Sus aportes a la poesía no son menores. Cita profusamente a las canciones de Joaquín y se permite comentarios de un tenor descomedido. Por ejemplo, respecto del "destrozó el cristal de mis gafas de lejos" aventura que nadie puede mejorar ese verso. Ni Borges, agrega dentro de un paréntesis.
Tampoco se priva de abusar de la gentileza del editor sumando sus propios versos y de un glosario que detalla los giros idiomáticos de los que se vale, lo que colabora a la mejor compresión de la obra.
Aprovechando su amistad con el andaluz, y a propósito de su mención en el título del libro, se despacha con varios chismes desopilantes, entre ellos los dimes y diretes de la ruptura con Fito Paez, que lo tuvo como testigo privilegiado. En medio de ese arrebato, califica al rosarino de "comegato". Y así.

Cien páginas tiene el capítulo que me aterra. Cien, de las que pude haber leido a conciencia unas veinte. Y por si fuera poco tengo que repasar, o mejor dicho pasar por, la la legislación que atañe a los regímenes municipales de administración financiera. Uf. Creo que estoy más que nunca librado a la inspiración y a las dotes de expositor que me forjé cuando tenía diez años menos.
Un camino alternativo es abocarme el domingo a componer una monografía breve, algo que dure unos veinte minutos que haga las veces de certero golpe de efecto. Todavía no he descartado ese camino, pero antes debería cerrar filas sobre los temas que tengo flojos, es decir ocho bolillas sobre diecisiete.

Comments on "La rebeldía de algunos libros"

 

Anonymous Anónimo said ... (13/12/05 12:35) : 

Sabina despierta pasione y muchas veces la pasión que se siente por una persona te provoca que hagas el ridiculo. No se quien es el autor, pero sabiendo lo exagerados que son ustedes, seguro es argentino.
Estuve hace dos semanas de vuelta en argentina, pasando unas minis vacaciones.
Nunca, en ninguna tienda de españa me encontre la discografía completa de Sabina como la encontré en todos los musimundos de buenos aires. Y eso que sabina SI es profeta en su tierra.
un beso

 

Anonymous Anónimo said ... (13/12/05 12:41) : 

buah, efectivamente, luis cardillo, argentino, amante de los tango y fanático de sabina...casi nada.

Ahora me picó la curiosidad.

 

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