Derivas de la medio mediana liviana
En ocasión de la segunda entrega de la novela de Quintín resistí la tentación de formular un comentario porque me pareció una tontería criticar algo que dice de sí mismo ser una crítica, pero a falta de mejor tema, repasemos un poco esta historieta. Desde mi punto de vista, la mentada novela es una crítica más política que literaria, lo que no es un pecado en sí mismo, toda vez que su autor se reconoce un oscuro militante de los redivivos setenta´s. Lo malo es que esconde bajo su supuesto escrúpulo de estudioso un herramental de análisis que oscila entre lo pobre y lo muy pobre. Al cabo de la lectura de las treinta carillas que me demandó imprimir las dos primeras entregas, no me quedó demasiado claro si en la antología que comenta había algún texto que merezca la pena leerse. Por el contrario, me resultó bastante sencillo conocer el curriculum vitae de los autores, su tejido de relaciones, las gafes de un oficio que tanto tiene de endogamia en un país infradesarrollado. De las historias, casi nada. Algunos comentarios, hay que decirlo, rayan el absurdo. Se me ocurre que criticar a alguien porque escribe shooping en vez de shopping y después traer a cuento las tan numerosas como certeras citas latinas que el mismo texto contiene es, por lo menos, sugestivo. Extraña sobremanera, eso sí, que un crítico tan afecto a las lecturas políticas no extraiga nada en limpio de esta observación. O sí: la negligencia de los correctores. ¿Por qué pongo la mira en una estupidez así? Simplemente porque me tomé el trabajo de hacer la cuenta y comprobé que el crítico infringe una regla ortográfica por cada carilla que ensucia. ¿Tanto escrúpulo para los otros y tan poco para uno mismo? Sí, es la negligencia de los correctores. Pero en particular, después de la tercera entrega de la novela, hasta aquí la más generosa en intrigas y la más amarreta en cuanto a la crítica propiamente dicha, el comentarista se pone en un rol de agente de inteligenzia que le sienta de maravillas. Allí despliega todo el arsenal que aprendió de Fogwill según él mismo nos comentase en una intervención anterior -me refiero a aquella en la que glosaba un artículo de Bolaño, Derivas de la pesada-, esta vez a la caza del responsable de un taller literario. Insisto: como folletín de tinte policíaco es estupendo; pero en cuanto crítica literaria parece el paper de un grupo de tareas durante los años de plomo. (Si ellos no usan permalinks, ¿por qué habría de enlazarlos?) |
Comments on "Derivas de la medio mediana liviana"
´qué son permalinks?
En la jerga, se le llama permalink al enlace permanente de cada post, su direccìón individual.
En este diseño, sobre la hora de posteado y le das "copiar acceso directo" y lo pegás donde quieras.
Cuando no hay permalinks, es imposible referenciar a un artículo específico porque, o te manda a la página principal, o te dice que esa página no existe.