Despierto cada mañana en una habitación extraña. Debería resultarme curioso. Siempre pasa así cuando viajo. Siempre pasa así cuando no sé dónde amanezco. Siempre tardo en despabilarme. Es algo a lo que me resisto profundamente. Malgasto la mejor de las charlas analizando en qué sitio estoy parado y tal vez no esté más que sentado a la misma mesa sobre la que como casi todos los días. Yo no quiero irme de esta casa; es ella la que no me quiere más aquí. |
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