Jade May Hoey

1974-2004

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15.9.05

Debo ponerle nueva batería al reloj -trofeo de guerra de vetusto amor- que se ha detenido a las doce menos cinco de algún día de comienzos de siglo. Ha llegado la hora propicia para hacerlo aunque, si no me apuro, llegaré tarde a la relojería y en mi reloj seguirán dando las doce menos cinco.

Comments on ""

 

Anonymous Anónimo said ... (15/9/05 13:12) : 

Tu reloj estará dando la hora cierta al menos una vez al dia. Una vez en 24 no és tan mal...Tambien podes hacer como yo que no uso más reloj. Ya és dolorosa la pasage del tiempo, tener que mensurar esto es masoquismo puro.

 

Blogger Bardamu said ... (15/9/05 16:38) : 

¿Por que desear cambiar esa hora? Las doce menos cinco, suponiendo el día, despliega ilusión de ágape, amago de la siesta, irrupción de aromas varios. Si de noche se tratara, es la hora que recela de los horizontes.
¿Que haría cuando en lugar de las doce menos cinco, el reloj marque las nueve y diecisiete? ¿o las dos y treinta y ocho minutos de la madrugada?
Piénselo bien.

 

Anonymous Anónimo said ... (16/9/05 00:02) : 

En efecto, amigo, a pesar de que mi reloj tenía las doce menos cinco y la relojería declaraba cerrar a las doce y media, cuando llegué ya estaba cerrada. Pensé que el cambio de latitud merecía otra hora que las doce menos cinco, pero haremos caso al destino.
Gracias por comentar (y excelente lo suyo).

 

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