Jade May Hoey

1974-2004

Powered by Blogger


Locations of visitors to this page

13.7.05

confesiones de artesano

Sí, me he convertido en monstruo. No tengo todo el tiempo que quisiera para dedicarme a anotar cosas, ni mucho menos luzco cordial como para hacerme invitar a reuniones para conocer a gente y de esa gente sus historias y hacerme invitar competines que ramifiquen y poden las historias. Para colmo de males trabajo para el Estado, bah, para ser franco le vendo tiempo de presencia, lo que es también decir que me suicido en cuotas mensuales, me amputo la libertad de hacer lo que se me cante por dos mangos con cuarenta y tres céntimos, que por cierto me reducirán en breve. Nada grave, en los mentideros oficiales se habla de un veinte por ciento. Entonces cómo carajo quieren que me ponga. Imaginemos que ahora no hago casi nada y desde el primero de julio en adelante (solo en la burocracia se conoce el término "retroactividad") voy a hacer un veinte por ciento menos. Probablemente le haga competencia a la planta que tienen en el frasco sobre el fichero número 13. Es de risa una oficina sin ventanas, que a la vez es todo vidrio. Quisiera dejar de fumar, pero una de las pocas satisfacciones de la mañana es arrimarme a un huequito en que a veces pega el sol. Es más flaco que yo. Tendrá unos 25 centímetros pero es muy eficiente. En ocasiones mis ojos no soportan la claridad del día. Por ese cacho de vidrio veo pasar una mina de patas largas y se me antoja que pueda ser una mujer atril, yo que solía ser tan lector y ahora apenas duermo. Hay un tipo que se dedica a descalificar a otros escritores llamándoles artesanos. Fulanito es un gran artesano dice y uno le adivina la sonrisita de lado. El lo dirá porque tiene un papá que lo provee de materiales caros. Yo me sitúo del otro lado de la vereda. En el trabajo sobre lo que otros consideran residuo se ve la mano del artista. Deberíamos poder comer guisos hechos de alpargatas viejas y sin embargo echamos de menos la carne de vaca. Iba a decir que también en esas historias se cuelan retazos mal cosidos que tienen algún punto de contacto con la realidad de otras personas. A veces esas personas leen lo que yo escribo y sospechan que les estoy tomando el pelo, que me está fallando la medicación o que estoy enloqueciendo. Tienen razón pero sólo en parte.

Comments on "confesiones de artesano"

 

post a comment