Jade May Hoey

1974-2004

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11.7.05

Algo bueno está por pasarme.
No sé si es cierto pero me lo he tomado así, como si fuera un mandato religioso y yo, un fiel devoto.
La posibilidad, esta y todas las otras que se me escapan, pende de un hilo muy delgado, pero ¿por qué no creer ciegamente en algo?, ¿de dónde viene la maldita costumbre de inventarme boicots que sólo sirven para postergar lo inevitable?
Sí, de cortar amarras se trata. Hay algunas que son peores que otras. Las hay de treinta años de antigüedad y eso es hacerles frente. Es de cuento pero hay que conocerle el aliento a la muerte para estarse a las grandes ocasiones que nos depara la vida pequeña, la vida rata que nos tocó a los descastados.
Algo bueno está por pasarme y no puede demorar. Cuánto falta para fin de año. Cuánto para la primavera. Es curioso que hayan estado siempre ahí y yo sin llevarles el apunte. También el horizonte nunca se ha movido y sin embargo le di la espalda como si de veras me importase.
Ya me anoté los primeros porotos de este año. Claro, uno se pone en planes y lo que tarda en llevarlos a cabo ya es otro asunto. Y los recursos que consume y las cosas que deja de hacer, pero ahí están los trofeos de guerra de estas batallas de amor propio. Sí, llegué. ¿Es sorprendente? No lo es tanto, aunque sólo yo sepa cuánto es que tira la máquina. Y lo mejor de todo es que tengo los trofeos y tampoco me importan un carajo! Y tampoco me importa tres pelotas hacerle la pera a esas oportunidades de jugar el campeonato de segunda B donde me han convidado, para qué, acaso para que me tomen por uno de ellos. No, señor. No es que no tenga nada que ver con ellos, pero al menos me planteo otras cosas. Está bien, me planteo cosas que por ahí no me dejan actuar, pero hay que resignarse a ser un idiota para ser feliz. Bueno, en tal caso también me importa cincuenta y tres pitos ser feliz.
No, no estoy enojado. Siempre soy así. Algo bueno está por pasarme y no consigo hacerme en la cabeza un boceto aproximado de lo que pueda ser. No es la gloria. Ya lo dije demasiadas veces. Si la gloria no es completa, la desprecio. No me gusta juntarle las migas a nadie, ni ser furgón de cola, ni apóstol. Eso es: entre mis diez palabras favoritas debí anotar "yo" antes que "apóstol" y tal vez un mecanismo inconciente de esos que manejan los hilos del rubor me contuvo.
Se allana el camino. Algo bueno.

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