Jade May Hoey

1974-2004

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12.6.05

Espera la noche

Aviso parroquial
Hoy kaputt.


Post Scriptum
Afortunadamente escribí ese texto antes de leer la Ñ de ayer; de lo contrario hubiera destilado furia y no queda bien en casa ajena. Es más: no la iba a comprar. Con el pasquín me pasa lo mismo que con el faso. Trato de postergar la compra hasta donde aguante, pero justo leí a Massei, y después a Beatriz y pensé que valía la pena mirar, eso sí, con máscara de soldar, por las dudas.
La tapa decía: «Escritores en pugna. Los narradores jóvenes alzan el tono de la discusión entre tradición y vanguardia en la literatura argentina». Para el que viene siguiendo el curso de los hechos el título resultaba vanilocuente desde el vamos. Sin embargo, lo perimido del temario sugerido en el título no es lo más ofensivo de todo. Algunos párrafos son de un nivel de puterío tal que la autora de la nota -sra. Garzón- no se priva de mencionar al museo inaugurado por el señor Cozarinsky, válgame dios.


Dolor de tetas
Cuando leí que el ensayo del señor Martínez se llama «Ejercicio de esgrima» no sé por qué relacioné esgrima => primera sangre => menstruación => dolor de tetas. A Martínez le duelen las tetas.
El señor Tabarovsky se autopostuló como modelo de «escritor sin público». Lo malo es que no se haya preguntado por el público sin escritor que se deja embaucar por Dan Brown, Felipe Pigna o Jorge Bucay. El señor Martínez, bendecido por un regular éxito de ventas, se sitúa del otro lado del ring, diciendo que el mercado también está hecho de gente culta y cuestiona la endogamia del ambiente literario. Cita el caso del señor Kohan que está casado con una crítica que, por supuesto, cree que su marido está del lado de los buenos. ¿Y qué quería el señor Martínez? ¿Que se pusieran en bandos opuestos como hizo él, cafecito de por medio, con su amigo Tabarovsky?


Lectores afuera
Se puede conversar de literatura. Yo no veo qué miedo pueda tenerse a eso. Sin embargo el pasquín se declara desencantado con la gran cantidad de escritores que se hicieron a un lado de este culebrón. Es entendible. Si las digresiones pasan por los parentescos, las amistades o las relaciones de amantazgo, mejor sería agarrarse a trompadas como dios manda.
Y en este caso es lo más apropiado. La misma señora Garzón nos complica la vida hablando de «el autor de…», como si entre los involucrados alguien tuviera demasiado claro quién escribió qué cosa. ¿El futuro, acaso, no es de Horangel?


La belleza al poder
En un apartado, el señor Abos recuerda que durante los años veinte la revista Martín Fierro llegó a vender veinte mil ejemplares cuando ventilaba la polémica entre los grupos Florida y Boedo. El apunte no es gratuito si está escrito en Ñ, que cultiva otra idea. Por no ir más lejos, hace un par de números ilustraba una nota a Salman Rushdie con una foto en la que se daba un beso piquito con su novia, una modelo india que en su perfil dejaba adivinar un pezón erguido que mejor hubiese encajado en la sección de escultura. Menos mal que la triple página alcanzó para que al ex-perseguido le hicieran una pregunta sobre literatura.
Esta vez se grafican los dotes como cronista de una tal miss Power (lleva el nombre con el pecho inflado), que escribe sobre el genocidio o algo así. A tenor de la foto, yo estoy de acuerdo con ella, opine lo que opinare. Me asalta el recuerdo de la reseña de un librito que le envidio a Hannah Tinti, Animales sueltos. La leí apenas quité mis ojos del vestidito verde de la autora, que por cierto explota un nicho que ya me gustaría a mí: la crueldad animal. Alguien tiene que cambiar el paradigma Coetzee. Con libros; la aclaración la hago antes de que Martínez amague a decir que el sudafricano se cepilla a tal o cual miembro de la Academia.


Epílogo fascista
Hace unos días fui catalogado de fascista porque tuve la mala idea de decir que me gustaría que los legisladores fuesen mejores que yo. A mí, lo digo con toda franqueza, no me interesa pagarle el sueldo a doscientos adoquines que no hacen la O con el culo de un vaso. Si la democracia representativa implica que cualquiera vaya al parlamento, más que votar deberíamos realizar sorteos. Si la cultura se va a regir en términos similares y los ganapanes de la factoría cultural no van a hacer nada para detener la sangría, cerrá nomás, cerrá y vamos yendo que se hace tarde.

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