Jade May Hoey

1974-2004

Powered by Blogger


Locations of visitors to this page

29.11.04

trece años y un día

Sufro mucho cuando veo a un pibe que tiene la cara lastimada por haberse afeitado mal, ¿sabés?. Yo no tuve a nadie que me enseñe y las veces que me habré cortado hasta que al fin pude aprender que el secreto es hacerlo sin prisa y con la panza vacía. Solita la máquina recorre a tientas ese camino pero es estrictamente necesario pasar por ese período tan feo en que uno se lástima, son esas pequeñas lecciones que te da la vida a falta de mejor maestro. De poco sirve enojarse, mejor tomar debida cuenta de los errores para hacerse de un método y cuando te vas afirmando te das cuenta que afeitarse es una pavada en comparación con lo que está por venir. Con trece años la vida puede haber no comenzado y si es que ya ha comenzado es por culpa de esas desgracias como la que me pasó a mi vida, y con toda franqueza te lo digo y mírame a la cara, no se la deseo a nadie. Ni vos ni nadie tiene puta idea de lo que es crecer sin tener ese referente. Ya sé, ni me lo digas, que también a esos trece años es cuando empezás a tomarlo como parámetro de lo que no querés para tu vida, pero hasta en esa referencia, en ese capricho infantil de focalizar todos los dardos en el napio del viejo, hasta en eso, fijate, ese importante esa figura. Si uno tiene paciencia y aprende más temprano que tarde te das cuenta que lo que el viejo te da es lo mejor que puede darte. Está muy claro que en tantos casos eso no es lo que vos querés para vos, ni siquiera lo que necesitás, pero recién cuando estás en condición de ponerte en sus zapatos tenés algún elemento para juzgar con misericordia todo ese esfuerzo, y también es cierto que quizá nunca te llega ese momento y por ahí tenés treinta años y todavía actuás como un pendejo que todo lo hacer por llevarle la contra al padre, como si eso pudiera cambiar la única realidad inmutable, la única verdad que vale allá donde la quieras llevar, llámese Seúl, Cholila, Puerto Ordaz o Long Island. Lo único cierto es que a cada uno le toca aquello para lo que hizo méritos y hay que ser inteligente y a veces no alcanza, hijo. Ahora vení, que ese bigote que tenés es un asco y así no podés salir a la calle, y encima tan blanco como sos, la viva imagen de tu abuelo, y ese pelo lacio y finito, vos sí que nunca vas a salir de pobre, querido. Ahora te llegó la hora de que te afeites. De acá en más te van a empezar a pasar cosas importantes, esta es una de esas, que nunca te vas a olvidar.

Comments on "trece años y un día"

 

Blogger Roberto Iza Valdés said ... (4/11/05 17:52) : 

Este blog ha sido eliminado por un administrador de blog.

 

Blogger Roberto Iza Valdés said ... (25/9/07 17:51) : 

Este comentario ha sido eliminado por el autor.

 

post a comment