Jade May Hoey

1974-2004

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28.10.04

el delicado encanto de no pertenecer

Cuentan los que saben que para aprender a escribir hay que leer mucho. Recién después de tener los ojos varicosos de la fiebre de la letra y de haber escupido miles de veces el dedo para pasar de una hoja a la otra se está en condición de entender algo. Qué. Eso yo no lo sé. Quizá sea una mácula de esperanza, de felicidad que mancille la vida pedorra, que le haga un corte de manga.
Esos son pasos que pueden saltearse, claro, pero la consecuencia es la calidad de lo que se produce. Puede uno sentarse a escribir acerca de los otros, los diferentes, tirar bosta fresca de caballo con morteros haciendo uso de cualquier alias, da igual. Pongamos por ejemplo usar el nombre más serio, el que se reserva para imputarle la comisión de novelas. Para que la descalificación suene más delicada usemos engendros del reino animal. Después apoyemos la moción, pero para ocultar la evidencia usemos otros nombres, los de entrecasa, los más quemados. Hablemos en nombre de la democracia haciendo que nuestro voto valga un poco más que uno, no sea cosa que la falta de adhesiones le dé un marco de mentira a tamaña realidad.
Se puede hablar de cualquier cosa pero es políticamente correcto hablar de la identidad, apropiarse de la sangre de los muertos por los mismos métodos de persecución de los que ellos se jactan y tristemente ahí no se acaba su jactancia. No se privan de preferir no entender, marginar, tejer solidaridades sectarias, inflamar los genitales del que piensa distinto (en su defensa vale apuntar que en el siglo xxi han prescindido de la picana). Finalmente, disfracemos el mensaje de con el barniz de estudiantina de cuarentones, quién va a pensar mal.


Yo me hago mi blog y me prefesionalizo(*). Nada de otro mundo: una propuesta sincera, abierta y militante contra el fascismo de los que creen haber inventado la pólvora y que se tiene razón si hay mucho ruido (la cantidad de nueces es algo que -por hoy- no viene al caso).
-¿Y la verdad, señor?
–Está de licencia sin goce de haberes. Si lo desea ármese una con todos los chiches, que acá le ofrecemos por un módico honorario un buen web designer. Créame que es mucho mejor inventar verbos que vidas.



No se tome como un fallido; se trata de un neologismo que une perfección con profesión y con preferentemente en patota.(*)

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