Se me antoja que es cosa reservada a magos que no a jardineros eso de reverdecer una flor marchita antes incluso de ser más que flor un tallo quebradizo en sus nervaduras, con espinas amigas de la mano y pétalos de tristeza agrisada y en un abracadabra para soldar las nervaduras y otro para recuperar el buen semblante, un pase mágico para pintar de nuevo los viejos colores y, por último, una palabra, la palabra que devuelva a su lugar la fragancia que cabe nada más que en un chasquido de estos dedos. |
Comments on "Ajenia"
No es cuestión de magia, sino de cariño.
Maestro, en su sublime brevedad, este texto es muy bello.
que te puedo decir que no te hubiese dicho. todo. bello.